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    Fundamentar los derechos humanos desde la filosofía.

    El pasado jueves 3 de agosto el Instituto de Filosofía de la FHCE llevó adelante la conferencia titulada «Filosofía y derechos humanos, el desafío de fundamentación» a cargo de Helena Esser dos Reis, invitada de la Universidade Federal de Goiás.

    La docente propuso enfrentar el gran desafío de fundamentar los derechos humanos desde la filosofía de forma ágil y para ello desarrolló su argumentación a partir del análisis del primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): “Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

    Comenzó por explicara que la palabra “Todas” no puede ser sustituida por cualquiera en este caso, porque implica a cada una y, por tanto, universaliza una condición que no es dada a priori, lo que implica una decisión compartida y construida por los redactores de incluirla. A su vez, el término “persona” (o seres humanos, en otras traducciones) refiere a un ser real, existente, con alma, y también a la construcción en relación con otros. Así se constituye como sujeto de derecho a alguien que tiene un ser interior que lo hace único en su relacionamiento con el mundo.

    La frase “nacen libres e iguales” refiere a que las personas vienen al mundo como todo ser, pero son libres e iguales junto con los demás. Entonces la libertad es capacidad de cada uno de pensar y actuar en el mundo compartido con otros, y la igualdad que no es posible en exactitud en un mundo social y político se expresa en aspectos específicos como “dignidad y derechos”. Es así como la dignidad, que antiguamente se tomaba como una distinción, es ahora un atributo de cada persona, es inherente a cada persona en la medida en que cada ser es invalorable e insustituible. La dignidad es generadora de derechos, que no surgen del simple hecho biológico, sino de la obligación del respeto por el otro que es igualmente digno.

    Se apela luego a la “razón y conciencia” estableciendo una relación de dependencia entre ambas, y, finalmente, a la “fraternidad” como forma de considerar a todas las personas como parte de la familia, con lazos familiares. Los derechos, entonces, solo pueden existir junto al respeto entre las personas, la política sería la instancia que garantiza la igualdad de los derechos y así la Declaración, a la vez que asegura la particularidad humana, pone límites a las personas y a las instituciones, comprendiéndolas en acción e interacción.

    ¿Cómo pasar de los principios a la acción?

    Esser dos Reis subrayó que la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) había sido criticada por referir a un hombre en abstracto, a un individuo que se basta por sí solo, perdiendo relación con la política. En esa declaración los derechos son naturales, no surgen de la política del relacionamiento con otros.

    Sin embargo, en la Declaración de 1948 los principios son importantes pero no bastan, la propuesta de acción es una ganancia de la declaración de 1948 respecto a la de 1789 gracias a que se alterna la perspectiva de un hombre en abstracto con la un ser en relación con otros.

    La invitada explicó cómo de una declaración a otra se amplía la enumeración de derechos y se los integra de forma que resultan inseparables y la realización de un derecho depende de la de los otros. A su vez, se detuvo a comentar que cuando un Estado adhiere a esta declaración asume el compromiso de acción expresado en su preámbulo y que, reconociendo también los límites de la democracia, los redactores recomiendan la educación en derechos humanos para la efectiva realización de este ideal común comprendiendo que no basta con lo declarativo.

    Finalmente, la docente expresó que la fundamentación filosófica acontece en el tiempo y en el espacio y, por tanto, tiene el límite de expresar los principios para ese momento y lugar, lo que entiende como positivo en la medida en que los derechos humanos se asuman como inacabados y en constante construcción.




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